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Miguel Mochales

Miguel Mochales

jueves, 24 de noviembre de 2011

Carta

Alcanzado de mi vivo, herido llego y ante ti mendigo quedo de este deatino, que fue si tu quisieras poderte creer que el cielo mismo no se puede entretener en componer improperios que solo de amor puedo ser quien ore tu nombre y digas que no sobre, tu mirada a Miguel.

Un camino erre y puse ante todo un poquito de esta amor por quien adoro.

Los mas importantes nombres de mi vida que tres DIAS llevo desde el venti dos pensando en vos, como loco de enredo y solo, por solo amor por ti quiero verter en amor mi deseos que enredos tengo de todos los que se me acercan quitando del corazón mis tiempos pues en este cielo es solo el mas puro el que por ti quiero, romper en el mundo del Angel furibundo los momentos que es en estas gloria de amor de mi memoria puro deseo que en vivir, vivo y en morir por ti rezo.

La oración del silencio que mi alma derrumba jamas el corazón pueda que estar ciego se deslumbra.

Y pasan mas los tiempos y vuelan los piropos como claveles que rosas son tus manos y yo deseo de ti, tocar los laureles de la victoria de la demora de amarte como aman los infieles, aquellos que no creemos nada mas que la dulce morada de tu vientre, y es ASI, el poder ausente de tenerte entretenida según me miras los celos de los momentos ausentes.

Que herido esta mi amor sino me quieres y perdido voy a entrar en la casa que me lleva a la lucha que es en amor mucho amor ducha de corazones furtivos de melancolía.

Y si ahora supieras, alma mia? Como la amo y que es ella, quien tanto me dolía?

Adiós pongo de mi postergado y arrancado de este mundo sin ella me he quedado, poeta y monje, amante maldito que de amar se esconde y sepa esta noche darme un fruto que sea su amor, mi amor, absoluto.

Por eso.
No sigas mi camino, no te convengo. Mmmz.

Historia de un hombre fuertote

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