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Hubo una epoca en la cual no habia comodidades en las salas de pesas, y penetrar en una de ellas suponia una verdadera osadia, tanto para ti como para tu reputacion.
Mi primer contacto con las salas de pesas y por ende, con la mala reputacion, comenzo a tierna edad, lo que he comprobado desde entonces hasta ahora es que según se iban abultando los musculos disminuia los perfiles de individualidad de los personajes que lucian sus hipertrofias, por eso, la busqueda epica de sensaciones de nobleza y trascendencia, se ha sustituido por charlas sobre maquillaje mas o menos masculino.
Una de las ideas basicas era... Vestuario de mujeres... ¿que es eso?
Si alguna osaba entrar en el termino exacto y literal del antro, pues se salian todos y ella entraba, lo normal.
Otra de las ideas era el diseño de las poleas de dorsal.
Se clavaban al techo y solo era cuestion de tener cuidado que no se desprendiera. Eso se solventabàcon una colchoneta en el pescuezo, no existian entonces cuellos, para evitar que la barra de agarre del jalon tras nuca te esnucara.
Los asientos eran estupidos, existiendo un suelo.
Hay muchas historias que deberas conocer y por supuesto, que yo te contare.
maestro zen
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