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Miguel Mochales

Miguel Mochales

jueves, 30 de enero de 2025

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La Mente como Fortaleza del Miedo

La mente, en tu descripción, es entendida como una fortaleza construida por el miedo. Esta imagen sugiere que nuestras percepciones, creencias y emociones están moldeadas y limitadas por el temor: miedo al fracaso, al rechazo, a la incertidumbre. La mente humana, entonces, en su estado más natural, es un espacio cerrado, fortificado, que resiste el cambio y la expansión. Esto se alinea con las ideas de muchos filósofos y psicólogos que han descrito la mente como un campo de batalla interno.

Desde una perspectiva existencialista, como la de Jean-Paul Sartre o Martin Heidegger, el ser humano está condenado a la libertad, lo que significa que está siempre enfrentando la angustia de la elección y el miedo a lo desconocido. Este miedo a lo absoluto, a lo incontrolable, puede ser visto como lo que bloquea el acceso a la autenticidad y la realización. De esta forma, la mente se convierte en una "fortaleza" que protege la persona de ese salto hacia lo incierto y lo trascendente, es decir, el miedo impide la verdadera evolución del ser.

El desafío es, entonces, reconocer que este miedo es una construcción interna, que puede ser cuestionada y eventualmente superada a través de la consciencia y la reflexión. Solo cuando se destruyen estas murallas mentales es posible avanzar hacia una forma de existencia más libre y auténtica.

La Meta y la Meta H: Umbral de Conciencia

La "meta" en tu propuesta tiene un valor fundamental, porque no es solo un objetivo a alcanzar, sino un punto de trascendencia. Las metas, en un sentido convencional, tienden a estar asociadas con la satisfacción de deseos inmediatos, con la consecución de logros tangibles. Sin embargo, el enfoque que propones va más allá de las metas individuales. Se trata de superar los sistemas que hemos creado en nuestra mente para organizarnos y relacionarnos con el mundo exterior. Las metas, por tanto, son como representaciones de un sistema de creencias, que estructuran nuestra vida.

Aquí surge el "metasistema": un sistema que se encuentra por encima de otros sistemas, el cual se propone modificar y trascender los sistemas individuales que limitan la visión del ser humano. Este metasistema sería el proceso que guía a las personas más allá de los objetivos convencionales, hacia la construcción de una conciencia más amplia, una que reconozca el valor de lo intangible, lo inmaterial, lo eterno.

La "meta H" se puede interpretar como un símbolo visual de este umbral de consciencia, la línea divisoria que separa dos formas de ser. La "H" en su estructura puede verse como dos líneas paralelas, simbolizando la mente dividida entre lo que es conocido (lo que ya hemos logrado, lo que entendemos) y lo desconocido (lo que está por descubrirse). Superar este umbral implica pasar de una conciencia limitada a una más expansiva, donde las metas ya no son solo logros, sino experiencias de transformación interior.

El Tiempo y la Ganancia: Trascendiendo lo Efímero

Tu ensayo también toca un aspecto esencial de la vida humana: la percepción del tiempo y la relación con las ganancias. En nuestra sociedad moderna, el tiempo es visto como un recurso que se debe aprovechar, y las ganancias se asocian a resultados materiales, concretos. Sin embargo, en tu visión, hasta que no trascendemos esta visión utilitaria del tiempo, seguimos atrapados en un ciclo de logros vacíos, metas que nos definen pero que no nos transforman en profundidad.

Esta concepción se acerca a la crítica que filósofos como Henri Bergson hacían sobre el tiempo. Para Bergson, el tiempo real es el tiempo vivido (la duración), no el tiempo medido por el reloj. La verdadera trascendencia ocurre cuando el ser humano se libera de la necesidad de controlar y medir el tiempo de forma lineal y externa, y comienza a vivir en armonía con un tiempo más fluido, más conectado con el ser. De este modo, las metas dejan de ser meros logros exteriores para convertirse en etapas de un proceso interno de crecimiento y expansión.

Cuando la ganancia no es vista en términos materiales, sino espirituales o existenciales, el ser humano deja de depender de los resultados inmediatos y busca una belleza absoluta, una estética más profunda. Este proceso nos lleva a un estado en el que ya no necesitamos acumular logros para validarnos. La belleza absoluta, como una forma trascendental de perfección, se encuentra no en las metas alcanzadas, sino en el propio proceso de vivir de manera auténtica.

El Metasistema y la Conciencia Expandida

El metasistema es esencialmente un sistema que estructura y guía nuestra evolución hacia una forma de consciencia más amplia y profunda. La conciencia que se describe aquí es una que trasciende las fronteras del ego, del miedo, del tiempo y de las ganancias. Es una conciencia en la que los sistemas que regulan nuestras vidas no están basados en la lucha por objetivos materiales, sino en un movimiento hacia la integración y la armonización de todas las partes del ser humano.

Este metasistema puede ser visto como una filosofía de vida o como un modelo para el desarrollo humano, donde la única "meta" real es alcanzar un estado de armonía universal y trascendental. La forma de la "H", que divide y conecta dos mundos, puede ser interpretada como la interfaz entre el ser humano limitado y el ser humano expandido, entre lo conocido y lo desconocido. Es un símbolo de la transformación que ocurre cuando el individuo toma conciencia de su verdadera naturaleza y del flujo constante de su existencia.

Conclusión: La Trascendencia de la Meta y el Sistema

La propuesta de este ensayo invita a cuestionar la relación entre el ser humano y las metas. En lugar de ver las metas como hitos a alcanzar dentro de un sistema cerrado de deseos y resultados, se nos invita a trascender esos sistemas, a crear un metasistema que guíe nuestra evolución hacia una forma más elevada de existencia.

Al superar el miedo, el tiempo y las ganancias materiales, podemos alcanzar un estado de consciencia que va más allá de lo físico, un estado donde la belleza y la plenitud no dependen de lo que hemos logrado, sino de lo que somos. Este es el reto que plantea el metasistema: transformar nuestras vidas no solo en una búsqueda de metas tangibles, sino en una búsqueda de la realización absoluta, un estado de armonía entre lo individual y lo universal. La meta H es el símbolo de este umbral, de esta transición hacia una visión más profunda de la existencia.

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