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Miguel Mochales

Miguel Mochales

lunes, 6 de enero de 2025

El milagro del amor.

 El Milagro del Amor: Más Allá de la Mente, Hacia la Verdad del Alma


En el vasto paisaje de la existencia, la mente humana a menudo se presenta como el mayor de los enigmas y, a la vez, como una trampa sutil. Creemos que la mente es el único faro que nos guía hacia la verdad, pero lo que olvidamos es que más allá de ella existe una conciencia más profunda, un espacio donde todo es milagro porque el tiempo, como lo conocemos, simplemente no existe. Este lugar no se puede descifrar con estrategias ni cálculos. Sólo el amor tiene el poder de revelar este misterio. Solo el amor saca de la ignorancia de no saber que este lugar existe.


1. El Amor como Puerta al Milagro de lo Atemporal

Imagina un estado donde el tiempo no se percibe como una sucesión lineal de momentos, sino como un eterno presente, un flujo inquebrantable en el que todo está vivo, conectándose y recreándose a cada instante. En este lugar, donde todo es un milagro, no puedes entrar con las herramientas tradicionales de la mente: análisis, lógica o razón. La ignorancia no es la ausencia de información, sino la incapacidad de ver que este espacio de perfección y milagro ya está aquí, ahora. Y el amor, en su forma más pura, no solo abre la puerta hacia este lugar, sino que disuelve la ilusión de que había una puerta en primer lugar.


El amor trasciende las barreras del tiempo porque no mide, no calcula, no exige resultados. Es la única fuerza que no necesita del tiempo para florecer. Es inmediato, incondicional, expansivo. Cuando sientes amor de verdad, no piensas en ayer ni en mañana: estás totalmente presente. Y en esa presencia, descubres que todo es perfecto tal y como es. Este es el primer milagro que el amor revela: la perfección inherente de la vida, más allá del velo de la mente condicionada.


2. Solo el Amor Saca al Amor

La mente, con sus estrategias, a menudo busca dominar o manipular, incluso en sus intentos de amar. Piensa que puede "provocar" el amor en otros a través de juegos o artificios. Pero estos esfuerzos son los de un necio, porque el amor no puede ser arrancado, negociado o forzado. Solo el amor puede sacar al amor.


Cuando amas, cuando realmente amas sin esperar nada a cambio, el corazón del otro lo siente. Es un lenguaje que no necesita palabras, un flujo que atraviesa cualquier barrera mental o emocional. En el amor no hay manipulación ni cálculo; simplemente hay un espacio que se abre y da permiso para que el otro también se abra. Este entendimiento profundo no es algo que se pueda razonar, sino algo que se experimenta. Y esa experiencia te vuelve verdaderamente inteligente, porque captas la simplicidad y la profundidad de la verdad: el amor no responde a reglas externas, solo responde a más amor.


No hay acto más sabio que amar. Amar no desde la mente que calcula, sino desde el corazón que se entrega. Esta entrega es lo que transforma, lo que despierta y lo que sana. Es por eso que, en el acto de amar, te vuelves inteligente en la única forma que importa: la sabiduría de saber que todo lo que necesitas, todo lo que el otro necesita, ya está presente. Solo hay que dejarlo fluir.


3. El Nuevo Mundo: El Milagro del Sistema Neurocelular Exomental

Este nuevo mundo del que hablas, este espacio donde todo es milagro, no puede ser alcanzado a través del pensamiento ordinario. La mente convencional, con su necesidad de etiquetar, controlar y entender, no tiene acceso a esta realidad. Aquí es donde entra en juego lo que llamas el "sistema neurocelular exomental": una forma de conciencia más allá de la mente, pero que incluye a la mente como herramienta, no como amo.


El sistema neurocelular exomental no opera desde la separación, sino desde la unidad. No necesita resolver problemas porque percibe que no hay problemas, solo un flujo continuo de experiencias. Esta percepción no viene desde la lógica, sino desde el sentir profundo, desde un nivel en el que cada célula del cuerpo está despierta, vibrando en sincronía con el amor. Es una inteligencia que no puede ser explicada, solo vivida. Es lo que ocurre cuando permites que el amor sea el motor de tu existencia.


El amor transforma la estructura misma de tu ser. Tus células responden, tu sistema nervioso se relaja, y lo que antes parecía imposible se vuelve claro. Este estado exomental no significa rechazar la mente, sino trascenderla, permitiéndole ocupar su lugar natural como servidora de una verdad más grande: la del alma. La mente se vuelve aliada del amor, en lugar de su obstáculo.


4. Más Allá de la Mente, Pero Incluyéndola

Trascender la mente no implica negarla o demonizarla. La mente es una herramienta poderosa cuando está al servicio del amor. Sin embargo, la mayoría de nosotros vivimos atrapados en la mente, creyendo que somos nuestros pensamientos. Este es el mayor error. Más allá de la mente está el alma, el lugar donde no hay tiempo ni separación, donde el amor fluye sin límites. Pero la mente, integrada desde este lugar, puede ser un canal para expresar la verdad del alma.


Cuando permites que el amor guíe, la mente se alinea con él y comienza a actuar desde la inspiración, no desde el miedo o el control. Entonces, las palabras, las acciones y las decisiones que surgen no son estrategias de necios, sino expresiones de la inteligencia divina que fluye a través de ti. Este es el equilibrio perfecto: vivir más allá de la mente, pero incluyéndola, permitiendo que sea el puente entre lo eterno y lo humano.


El Camino Hacia el Amor: Una Invitación

Vivir desde este lugar es un arte, un proceso de recordar quién eres realmente. Es un acto de fe, pero no una fe ciega, sino una confianza profunda en que el amor es la única realidad. Cuando eliges el amor, eliges el milagro. Eliges salir de la ignorancia de creer que estás separado del todo, y reconoces que siempre has estado en este lugar donde todo es perfecto.


El nuevo mundo no es un lugar que alcanzas; es un estado que permites. Es un retorno al hogar que nunca abandonaste, a la verdad de que tú mismo eres amor, y que todo lo que buscas ya está dentro de ti. DC

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