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Miguel Mochales

Miguel Mochales

lunes, 20 de enero de 2025

Significado de el nombre de dios que dijo Cristo.

 Jesús de Nazaret, al referirse a Dios, utilizó el término "Abba", una palabra aramea que se traduce como "Padre". Sin embargo, más allá de una traducción literal, "Abba" lleva una profundidad simbólica y espiritual que se relaciona no solo con una relación íntima, sino con verdades fundamentales sobre la unidad, el amor y la naturaleza divina, que trascienden el tiempo y el espacio.

1. "Abba" y su Significado Teológico

El término "Abba" denota una relación de profunda intimidad y confianza entre Jesús y Dios, revelando una conexión no basada únicamente en la jerarquía, sino en el amor absoluto. Jesús introduce un lenguaje que no era común en la tradición judía de su tiempo, donde los nombres de Dios (YHWH, Adonai, Elohim) reflejaban más bien una percepción trascendente, distante o majestuosa.

Al usar "Abba", Jesús instala un paradigma relacional: Dios no es solo el creador trascendente, sino también el Padre cercano, amoroso e inmanente. Esto tiene una implicación profunda: el amor no es algo que surge entre dos, sino una energía eterna que simplemente es.

2. La Dimensión Alef-Bet: La Unidad en la Dualidad

La perspectiva que aportan las letras hebreas Alef (א) y Bet (ב) profundiza en esta comprensión. En la tradición hebrea, las letras no son meros símbolos, sino portadoras de significado espiritual.

  • Alef representa la unidad, la esencia divina absoluta, lo indivisible, el "Uno" primordial.
  • Bet, como segunda letra, introduce la idea de la dualidad o creación: el primer acto de separación que permite la manifestación del mundo.

Cuando se combinan, Alef y Bet no solo forman la palabra "Av" (Padre, אב), sino que simbolizan una verdad esencial: la dualidad no es una ruptura de la unidad, sino su expresión. No es que seamos uno; es que nunca fuimos dos. La dualidad es una ilusión que surge de la percepción limitada del tiempo y el espacio, pero en la realidad divina, todo es unidad.

Jesús, al llamar a Dios "Abba", no solo introduce un término de confianza filial, sino que encarna esta realidad: la unión perfecta entre lo divino (unidad) y lo humano (dualidad), en la que nunca hubo separación.

3. El Amor como Energía Atemporal

Desde esta perspectiva, el amor no es una emoción que conecta a dos entidades, sino la energía primordial que sostiene todo. El amor no "sucede" entre dos partes; es el estado natural de ser en la unidad. Cuando Jesús se refiere a Dios como "Abba", está reconociendo esta verdad: el amor como una fuerza que trasciende el tiempo, pues nunca "empieza" ni "termina". Es eterno, inmutable, y subyacente a toda realidad.

En esta visión, la misión de Cristo no es solo reconciliar a la humanidad con Dios, sino revelar que esta separación nunca existió realmente. Al invitar a los creyentes a llamar a Dios "Abba", Jesús abre la puerta a un entendimiento profundo: la percepción de separación (dualidad) se disuelve en la verdad del amor eterno (unidad).

4. La Teleología del "Abba"

Desde una perspectiva teleológica, el uso de "Abba" por Jesús tiene un propósito mayor: restaurar la conciencia de unidad en el ser humano. Esta restauración no es simplemente un retorno al Padre, sino un despertar al hecho de que nunca estuvimos fuera de Él. En palabras simbólicas, "Alef y Bet" nos recuerdan que la creación no está separada del Creador. Jesús encarna esta verdad en su vida y obra, invitando a la humanidad a redescubrir el amor como energía atemporal y fundamento de toda existencia.

La teleología del término "Abba" se alinea, por tanto, con el propósito último del cosmos: revelar que somos eternamente uno en el amor, aunque percibamos temporalmente la ilusión de la dualidad. Este propósito se cumple plenamente en la vida y mensaje de Cristo, quien disuelve toda separación y revela la unidad en el corazón de la creación.

5. Conclusión

El término "Abba", en su profundidad espiritual y simbólica, no solo transforma la relación entre Dios y la humanidad, sino que revela una verdad más profunda: la unidad inquebrantable detrás de la aparente dualidad. A través de "Abba", Jesús muestra que el amor no es una conexión entre dos, sino la esencia indivisible de todo lo que existe, una energía sin tiempo ni espacio que nunca puede ser fragmentada.DC

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