entrenamiento zen, máximo rendimiento, tao, meditacion,dojo en madrid, practicar zen

Miguel Mochales

Miguel Mochales

lunes, 13 de enero de 2025

Psicología Corporal

 La psicología corporal, como un puente entre el cuerpo y la mente, propone que cada músculo del cuerpo humano no es solo un mecanismo de movimiento, sino un reflejo vivo de los rasgos de carácter que moldean nuestra existencia. Este enfoque, inspirado en maestros como Wilhelm Reich y Alexander Lowen, y reinterpretado en los tiempos actuales, nos permite observar el cuerpo como un mapa físico-emocional que guarda la memoria de nuestras experiencias de vida, miedos, defensas y aspiraciones.

Cada tensión muscular, cada bloqueo energético, se convierte en una inscripción física de la historia emocional del individuo. Desde esta perspectiva, el "bloqueo muscular" no es solo una contracción que limita el movimiento, sino una cristalización psicosomática de las creencias y patrones que hemos construido para adaptarnos al entorno. Estas tensiones, que muchas veces pasan desapercibidas, son una forma de autoprotección frente a la vulnerabilidad; pero también, paradójicamente, son las mismas barreras que nos alejan de experimentar el lujo de la conciencia plena.

El "blockchain" muscular y la mente humana
Desde esta metáfora del "blockchain muscular", podemos entender cómo cada capa de tensión en el cuerpo actúa como un nodo que registra, valida y protege nuestras experiencias emocionales. Al igual que un sistema de blockchain, estas capas de tensión no se borran, sino que se apilan, creando un registro acumulativo de lo que hemos vivido. Cada nodo muscular encierra una lección, un trauma o una defensa, y su liberación se convierte en el proceso por el cual la mente humana puede reconectarse con su verdadera naturaleza: la consciencia expansiva.

Sin embargo, el desafío de este proceso no radica en sacrificar la supervivencia, sino en trascenderla. Vivir desde el "lujo de la consciencia" no significa abandonar nuestras necesidades primarias, sino integrar estas capas físicas y emocionales para que la supervivencia deje de ser la meta y se convierta en el suelo fértil sobre el cual florezca la autocomprensión. Es decir, no se trata de renunciar al cuerpo como vehículo de supervivencia, sino de liberarlo como canal para la experiencia profunda de la existencia.

La biología del carácter y los patrones musculares
Desde un enfoque científico, la psicología corporal identifica que ciertos patrones musculares están directamente vinculados con rasgos específicos del carácter. Por ejemplo, un pecho hundido puede hablar de una energía de retraimiento o inhibición, mientras que un tórax expandido en exceso puede reflejar una defensa de sobrecompensación o la necesidad de dominio. Las tensiones crónicas en la mandíbula pueden estar relacionadas con la represión de emociones, como la ira o la tristeza no expresada, mientras que la rigidez en el diafragma suele estar asociada con el control y la supresión de la espontaneidad.

Estos patrones no son casuales ni arbitrarios: son respuestas adaptativas que nacen de las interacciones entre nuestra biología, nuestras experiencias tempranas y los condicionamientos sociales. A través del cuerpo, cada músculo "habla" un lenguaje que la mente, en su agitación constante, muchas veces no logra escuchar.

Consciencia somática: desbloquear el cuerpo, liberar la mente
El desbloqueo muscular, por lo tanto, se convierte en una herramienta no solo terapéutica, sino profundamente transformadora. Al liberar las tensiones que han estado atrapadas en el cuerpo, se abren también las puertas de la mente para explorar dimensiones de la consciencia que trascienden los patrones de supervivencia. Esto no se logra mediante el sacrificio o la negación de las necesidades básicas, sino mediante la integración de estas capas físicas y emocionales en una totalidad consciente.

El maestro Miguel, en este contexto, probablemente hablaría del cuerpo como el "templo de la conciencia", donde el sacrificio ya no es necesario porque la supervivencia ha sido honrada, y en ese acto de aceptación, se abre el camino hacia la trascendencia. El lujo de la conciencia, por ende, no es un privilegio, sino un derecho inherente a todo ser humano que decide reconectarse con su naturaleza esencial.

La psicología corporal, al poner el cuerpo en el centro de la experiencia humana, nos invita a un viaje hacia nosotros mismos, donde cada músculo es un maestro, y cada tensión es una puerta esperando ser abierta. En este viaje, trascendemos las cadenas de la supervivencia para abrazar el regalo más grande que nos da la existencia: la posibilidad de ser conscientes en cada momento, en cada movimiento, en cada respiración.


Dc

No hay comentarios: