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Miguel Mochales

Miguel Mochales

sábado, 27 de septiembre de 2025

DOGMAZEM 47

 📜 Atendedme solamente un momento

¿Puedes ver, Norman, ahora mismo cómo has expandido tu cuerpo?

Cuando entrenas y haces culturismo, muchas veces solo desarrollas fuentes egoicas.
¡Pam! ¡Me inflo, me inflo! Y ya está.
Eso no es ni bueno ni malo. Simplemente no hay nada más.

Uno de los problemas del culturismo —o mejor dicho, de la falsa musculación— es que el cuerpo solo se mira a sí mismo. Del resto ni te preocupas.
Tenías la lupa hacia adentro, sí… pero no hacia adentro, hacia adentro, hacia tu parte divina.

Un hombre entiende esto de verdad cuando va a ser padre: que hay una luz más allá de lo que es él.
Pero si lo ves desde el ego, esa luz solo alumbra una habitación muy pequeña, el ego.

En tiempos de supervivencia necesitas ego, claro.
¿Cómo vas a sobrevivir sin él?
Pero ahora no es ese momento. Estamos en momentos de hipertrascendencia.

¿Me comprendéis lo que digo?

Hoy necesitas velocidad de visión:
para atender negocios, para atender a tu mujer, a tus hijos, tu casa, tus jugadores, la señora de enfrente…
Para, para, para. Si no, simplemente no estás.

Es como el samurái que tenía 27 enemigos queriendo matarlo.
No puede ponerse a decidir “¿Dónde tiro la primera flecha, la segunda, la tercera?”
No. Tiene que tener Kenshō: visión clara.
Porque sin esa visión, el resto no sirve de nada.

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