Meditación japonesa de pie
La meditación de pie, o Ritsuzen, proviene de un contexto donde la persona necesitaba tres capacidades fundamentales:
Recibir más información que en su vida cotidiana.
Mantener un estado de alerta constante.
Tener un nivel de respuesta inmediata.
No se trataba solo de quedarse sentado y relajarse; había que poder responder activamente.
En Japón, antiguamente la gente meditaba sentada para detener la mente frente al mundo que les rodeaba.
Pero cuando la clase guerrera, los samuráis, entraba en los templos, necesitaban otra forma de meditar: su misión no era relajarse, sino sobrevivir y vencer en la batalla.
Un guerrero japonés practicaba Kyudo, el arte de lanzar flechas, más que usar la katana.
Para saber qué flecha lanzar no basta con mirar: necesitas intuición, percepción más allá de los sentidos.
Los sentidos pueden convertirse en cárceles cuando quieres dar una respuesta inmediata.
Estando de pie, la vibración y la frecuencia corporal producían ese efecto.
Si observas el mundo actual, y comprendes todo lo que te estoy explicando, verás que tu único lugar para detener tu mente y procesar la realidad es meditar de pie.
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