Epílogo.

 ✨ Epílogo – El Camino del Maestro Interior ✨

“No hay final en un camino que nunca empezó fuera de ti.”

Has llegado al umbral.

Has recorrido el sendero que atraviesa el cuerpo como raíz, el corazón como llama, la mente como cielo y el alma como universo.

Has cruzado desiertos de miedo y océanos de deseo. Has roto viejas cadenas, has dejado atrás palabras que ya no te servían, has mirado tus sombras a los ojos sin bajar la cabeza.

Y ahora, aquí, frente al silencio que lo contiene todo, solo queda una verdad: tú siempre fuiste el maestro que buscabas.

Porque la enseñanza no estaba en un templo escondido ni en las palabras de un gurú lejano.

No estaba en los libros antiguos ni en las promesas del futuro.

La enseñanza estaba en cada respiración, en cada herida, en cada instante en que decidiste no rendirte.

Estaba en la simpleza de un latido y en la inmensidad de tu consciencia.

Cuando al principio cerraste los ojos, buscabas respuestas.

Hoy, cuando los cierras, lo único que encuentras es presencia.

Y en esa presencia descubres que nunca hubo preguntas, porque el alma jamás ha tenido dudas.

Has aprendido que tu cuerpo no es un obstáculo, sino un puente.

Que tu mente no es enemiga, sino mapa.

Que tu corazón no es debilidad, sino la fuerza que lo sostiene todo.

Y que tu alma… tu alma es el fuego eterno que recuerda que siempre fuiste infinito.

Ahora te toca caminar con la sabiduría en la planta de los pies.

Te toca amar con la misma intensidad con la que un sol calienta un mundo entero.

Te toca pensar con la mente abierta como el cielo, actuar con la claridad del agua, vivir con la certeza de que no hay un “allí” al que llegar.

La meta era este instante.

La iluminación no era un lugar. Era una manera de mirar.

Y si mañana el mundo se vuelve caótico, si la vida te sacude, si el dolor regresa disfrazado de lección, recuerda lo que has conquistado:

Eres el espacio donde todo ocurre, no lo que ocurre dentro del espacio.

Eres la luz que observa el vaivén, no la ola que se rompe.

Respira.

Siente.

Camina.

Ama.

Que tu paso deje raíces en la tierra y huellas en el cielo.

Que tu presencia sea hogar para otros.

Que tu vida, desde este día, sea tu oración más profunda.

Y si alguna vez dudas, si alguna vez crees que has olvidado el camino, vuelve aquí.

Vuelve a ti.

Porque no hay templo más sagrado que el que habita detrás de tu pecho,

no hay maestro más sabio que el silencio que te habita,

y no hay verdad más poderosa que esta:

Tú ya eres todo lo que siempre has buscado.

🌿 Fin 🌿