Deltoides Posterior 5
Ahora vamos a trabajar el cuerpo en posición horizontal, una forma muy efectiva de conectar hombros y espalda. Para este ejercicio recomiendo dos opciones: sentado en una silla, con el pecho apoyado sobre las rodillas, o tumbado boca abajo. También se podría hacer de pie, pero estas posiciones permiten mayor control y sensibilidad.
El ejercicio se llama la mariposa. Comienza con el cuerpo pegado al suelo, la barbilla ligeramente apoyada, y las palmas de las manos mirando hacia abajo. Al levantar los brazos, sentirás inmediatamente la activación del deltoides posterior.
El recorrido del movimiento es completo: desde los brazos estirados al frente, palmas hacia abajo, los llevas hacia los lados y finalmente hasta la altura de la cadera, sin apoyar las manos en el suelo. Es un gesto de rotación y expansión del músculo, que potencia tanto el deltoides como toda la musculatura de la espalda.
Hay una metáfora hermosa: en la filosofía tibetana, el bodhisattva de la compasión es representado con mil brazos. Haciendo este ejercicio boca abajo, extendiendo y rotando los brazos, es como si desarrollaras esos mil brazos de compasión, conectando fuerza, conciencia y apertura en todo tu cuerpo.
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