El deltoides lateral tiene una característica fundamental: representa la expansión de la anchura personal, es decir, la capacidad de ampliar tu espacio vital. Y comprender esto es esencial, porque espacio personal y presente son lo mismo. Dentro de la línea espacio-tiempo, el tiempo presente se manifiesta en ese espacio lateral, y se concentra en el deltoides lateral.
Comenzaremos con un primer ejercicio que es pura meditación. Es tan sencillo que se reduce a una posición. Eleva lentamente los brazos hacia los lados hasta alcanzar la horizontal. Concéntrate en mantener el cuerpo y las manos en un mismo eje, sin que se adelanten ni se retrasen: el punto exacto. Desde ahí, observa cómo surge una ligera tensión en los hombros.
A medida que notes que esa tensión “besa” tu brazo, desarrolla el concepto de llenarte. Si trabajas el presente, si cultivas la presencia, te estás llenando del poder del aquí y el ahora.
El ejercicio es muy simple, pero profundamente importante: una meditación tipo águila. Las fibras del hombro funcionan siempre en frecuencias bajas, con mucha delicadeza. Por eso, este trabajo requiere que sientas intensamente cada instante. Tiempo y entrenamiento de deltoides son lo mismo.
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