Escuchadme un momentito, por favor. Es súper importante que entendáis que ninguno de los que estamos aquí tenemos 20 años, ¿vale? Sin embargo, 20 años nos tienen a nosotros. Es decir, solamente la gente que es sabia tiene los 20, los 40, los 60, los 30, o la edad que sea.
Lo único que es absolutamente necesario es un despertar donde en ese despertar lo que sucede es la no mente. ¿Qué es no mente? Pues tus músculos en un grado de tensión afectan a tu cerebro y generas neurogénesis, nacimiento del sistema nervioso intelectual. Si no hay eso, no piensas diferente.
Sabiendo que la cabeza solamente piensa, pero es el músculo que tiene una red por reflejo, que no juzga, el que te hace entrar en el reino de las ideas. Y el reino de las ideas se traduce como cuando tú haces fotos, sabes el tono exacto, a esto le falta aquí, esto no sé qué. Es decir, percibes todo.
Además, tienes un estado de salud donde salud no es curar enfermedad, sino estar bien. Cambiamos el bienestar por estar bien. Y lo que es mucho más crucial y os va a marcar una diferencia absoluta.
El término años yo soy es que yo soy así. El karma, etcétera, etcétera, desaparecen porque todo muere en cada momento para renacer.
Por eso las sesiones que estamos haciendo tienen dos matices. Primero principio individual. Hay una parte donde tú construyes según es tu arquitectura. En una calle puede haber cuatro edificios, pero uno está en una zona de arena, otro está en una zona más regla. Es decir, cada uno tiene una arquitectura. Y desde ahí alcanzamos esa perfección.
Si no hacemos esto, podrás tener ideas, sueños, tonterías. No, ellas te tienen a ti. No, ellas te tienen a ti. Tonterías. No, ellas te tienen a ti. Y a partir de ahí nada, nada, nada, nada funciona.
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