Las Garras de Oso
Las garras de oso son el sistema más poderoso de trabajar el eje horizontal, que surge a partir de dos puntos que tiran exactamente desde la punta del hueso lateral del hombro.
La posición se realiza a la altura del vientre, por debajo del ombligo. Tienes que sentir que las manos casi tocan el vientre y, desde esa posición, tirar hacia afuera y abrir los codos.
La apertura de los codos produce una expansión del campo toroidal. Como sabes, se llama alma o ánima a ese tubo central por el que desciende la consciencia, esa frecuencia llamada infinito. Esa sensación atraviesa el hueco del trapecio —lo que se denomina el diamante— y, al abrir los codos, generas una apertura mayor.
Los dos puntos laterales que tiran son como las dos agujas de un concepto geométrico del budismo llamado Vajra. Cada trapecio se concentra como una zona de poder, y lo que más notas es la activación del deltoides posterior, tríceps y deltoides lateral. En muchos casos incluso se activa el dorsal.
Este ejercicio es un sello energético, una fórmula que abre el acceso a los estados de consciencia expandida. ¿Qué significa consciencia expandida? Que tu célula deja de ser autoconsciente para ser supraconsciente, conectándote con ese ojo, con esa mirada superior.
Yo lo asocio a cuando vas con un mapa o cuando usas Google Maps: sabes que hay un ojo, un satélite arriba que te está guiando. Ese estado de consciencia y emanación genera un proceso muy bonito y elegante: conseguir la expansión y la fluencia máxima energética.
Un detalle crucial: al hacerlo, simplemente empuja con la coronilla hacia el cielo.
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